Festejos de un Globo Centenario

Los hinchas de Huracán hicieron su fiesta centenaria. Más de 20.000 quemeros se reunieron el 31 de octubre para iniciar la víspera del Centenario del Pueblo Quemero con una marcha desde la Iglesia de Pompeya hasta la esquina de Caseros y Labardén, donde recibieron con algarabía el centésimo aniversario de la institución de Parque Patricios. El 1º de noviembre, continuaron los festejos con un recorrido histórico por las tres canchas que Huracán tuvo a lo largo de su historia.

Banderas, música, cánticos y, por supuesto, globos. Muchos globos. Así festejaron los hinchas de Huracán la llegada del cumpleaños número 100 de su club. La fiesta comenzó, cerca de las 20, cuando los quemeros se reunieron en la esquina de Sáenz y Esquiú, en Pompeya, desde donde caminaron hasta llegar a la intersección de las calles Caseros y Labardén, lugar donde estaba emplazado el escenario en el que se realizaron los festejos centrales.
La caravana del Pueblo Quemero, recorrió las calles de Pompeya y Parque Patricios abriéndose paso con un colectivo adornado a tal fin seguido por murgas, la Camiseta gigante de Verde Esperanza y Nunca Pierde y los miles de quemeros que en su recorrido, con sus canciones se emocionaron, e hicieron que los vecinos que quedaban remolones salgan a los balcones y se sumen a la caravana.
El Pueblo Quemero en familia se movilizó portando banderas, globos y por supuesto con remaras de Huracán, cantando todo un repertorio de canciones que daba cuenta del sentimiento por el amado club, logrando hasta hacer que los quemeros que habiendo sido parte importante de estos cien años de fidelidad y que en la actualidad les toco seguir el festejo desde el cielo, se sientan orgullosos de la Locura y Pasión de tanta gente.
Una vez colmada la avenida caseros, se dio inicio a la sucesión de shows artísticos, desde la presentación del Circo Trivenchi, para los mas chicos, pasando por el Tango, a través de Carla Algieri Quienteto, la presencia de Zapata cantando su homenaje al campeón del ’73 y hasta Coco Silla cantando un tema de Pappo, para que avanzada la noche, llegue el rock al escenario con las bandas Infierno 18, Bajo Presión, Tan Biónica, cerrando el set, La Súper Banda Quemera (integrada por integrantes de Las Pastillas del Abuelo, Ratones Paranoicos, Intoxicados, ex ANIMAL, Volador G y Pánico Ramírez).

Cuando restaba una hora para el momento tan esperado, llego el momento de homenajear al plantel campeón de 1973, recibir a parte del plantel profesional actual y visitas tales como la de uno de los hijos pródigos de Huracán, como lo es el Turco Mohamed.
Faltando cinco minutos para la medianoche, con el escenario repleto de jugadores, viejas glorias, famosos y músicos, las mas de 25 mil almas que rebalsaban Parque Patricios de fervor y pasión hicieron un conteo progresivo de 1 a 100, logrando lagrimas y emoción de felicidad en todo un pueblo al llegar al numero final y ver el cielo iluminarse por la gran cantidad de juegos de artificio, a la vez que una gran grúa dio vuelta la Camiseta gigante de Verde Esperanza y Nunca Pierde, quedando a la vista del centenario del Club Huracán.

La mañana siguiente, siguieron los festejos

Casi sin dormir muchos, con la emoción que persistía en sus ojos otros, los simpatizantes del Globito realizaron una recorrida histórica por las tres canchas que tuvo Huracán en sus cien años de vida, colocando chapas artísticas recordatorias.
Primero fue el turno de la cancha que había sido emplazada en Av. Chiclana y Av. La Plata, luego en la que se situaba en Almafuerte al 200, pasando por la sede social ubicada en Caseros 3100 y finalizando el recorrido en el Palacio Tomás A. Ducó, donde estaba concentrado el plantel profesional que recibió el apoyo de la multitud quemera.

Huracán cumplió 100 años. Una gran parte del siempre postergado sur de la Capital Federal está de fiesta. Y sus hinchas caminan orgullosos por su barrio cantando una canción que, con el paso del tiempo, se ha transformado en un himno: “Somos del barrio, del barrio de la Quema. Somos del barrio de Ringo Bonavena...” .

Guillermo Spina.